miércoles, 17 de septiembre de 2014

CONFESIÓN




CONFESIÓN


Llueve tras la cortina de un beso que el alma aguanta.
Y "en un momento dado"
la soledad que apremia se desnuda,
se mojan las piernas y las dudas
y el amor, sin tiempo,
con un espacio etéreo entre las gotas
espesa los oídos de una niebla,
de una niebla única que abraza,
y se desgrana en las notas de un
"te amo"...


Salma Hassan/2014

Gracias China, por todo. 

sábado, 13 de septiembre de 2014

¿ Acaso piensas dejarla?



Qué somos,
sino una cuerda que contiene un alma,
una cuerda hecha de muchos hilos,
de muchos nudos,
hebras enredadas girando en desacuerdo.
Dedos ordenadamente atentos siguiendo el paso de antiguos husos.
Rueda la rueca y  herencias bailan
otros danzan como jefes,
comandan su espectáculo, se mofan.
Y somos todos aprendices, unos de otros.
Y los hilos se tejen mientras giran.
Y las manos se pierden en la idea...
Nuestros hilos unidos  después de las roturas
no son los mismos hilos,
son más fuertes.

Lentamente,
y sin percibirlo
crecemos. Crecemos hasta en miedo.
Y hasta perdemos el miedo en crecimiento.
Y seguimos la cuerda como un rito,
como si al final se terminara el mundo
y después del mundo el cielo.
Pero al final está el poema,
la esperanza,
al final la voz,
el pensamiento al otro borde
y en la mitad la vida.
Y en la mitad la vida meciéndose en la cuerda con su alma.
Esa vía encendida que nos muestra el trillo,
y todos los colores en un blanco eterno…

¿Acaso piensas dejarla?
¿Serás Odín tapándote tu ojo después del alto precio que has pagado?


Has vendado tu tino,
has dejado de tejer sus hilos,
ya no oyes su voz, ni la reclamas.
No hay fuente que contenga el ojo en este mundo real que nos apresa.
No hay más que mortales que nos celan
no hay más que vida,
y otros
y algún cielo.

Y esa cuerda es todo lo que somos
y hacia dónde vamos en la Tierra.
Y cuando nos falta,
ya no somos nada. Nada.

Salma Hassan
14 de setiembre de 2014

viernes, 5 de septiembre de 2014

El trayecto


Para llegar al otro lado hay que estar dispuesto a caminar bastante y dormir poco, sacarse los zapatos entre espinas y brazas, esquivarlas, soportar los vientos, compartir hambrunas; quitarse la camisa , dividirla y aguantar, aguantar  el sol  mientras escalas andando buena parte del trayecto en solitario. 

Para llegar al otro lado hay que esperar los hielos y esconderse a meditar un rato, rezar y no rezar y estar tranquilo, despertar y soñar lo necesario. Estar al alba observando las ramas congeladas, el blanco pixelado de la bruma,  los deshielos,  la lluvia, la ceniza  y alistarse a nadar entre los riscos río abajo, en agua helada,  para beber el agua del valle que nos toque en suerte seguros de haber hecho lo correcto.

Para llegar al otro lado se deben conocer las estaciones, los estado de peligro, la soledad, el otro y el sin el otro, el tener y el no tener,  y todas las emociones fluyendo. 


Para llegar al otro lado se debe aprender a dudar y buscar, a confiar y creer.

Porque al final de ese trayecto estará la recompensa, un espejo de agua cristalina, un yo sin tanta prisa, una espera de uno mismo, un humano íntegro y completo.





Salma Hassan

Enero/21 de 2014
 corregido Setiembre 6/2014