domingo, 1 de diciembre de 2013

Sin apariencias

Elles.
Henri Toulouse Lautrec 

Sin Apariencias


El día se vistió de causas, se dijo, este es el momento, debo hacerlo. Hacía mucho no observaba su figura completa en esa luna, largo tiempo fomentando esa ceguera selectiva, ese evadir constante de su faz,  y ahora  ambos frente a frente,  sin apariencias, coincidían en una misma habitación cerrada.

-No deseo aumentar la tensión entre nosotros- le dijo.  Creo que ya no puedo ocultar esta clase de sentimiento destructivo, debo expresarte sin reparos, mis miedos y mis odios. No he llegado hasta aquí para que tú  y los tuyos me estén acosando constantemente, se aparecen por doquier y no lo aguanto. Debes saberlo.

Lo miró con rencor y prosiguió su monólogo de descargo.

-He evitado tu mirada por largo tiempo, porque me avergüenzo, pero ya no más. Sé que no soy la mujer más bonita del mundo, ni la más elegante, pero necesito seguridad para enfrentarte, para enfrentarlos, sin pretender huir de cada uno de ustedes.
Él nada dijo, solo la escuchó paciente y en silencio.

-Memorizo mi cuerpo desnudo junto al tuyo, años atrás, midiendo mi cintura con la elegancia de algún vestido, lista para lucir mis veinte y tanto, mi cabello largo y sedoso al natural, con esas manos amorosas rodeando mis caderas. Es imposible evitar las lágrimas. ¿No te das cuenta? El tiempo ha pasado, se evidencia al mirarte. Tu cínica sinceridad  revela mi verdad con tal descaro, que es difícil que pueda perdonar tanta crudeza de tu parte.

Él permanecía estático, como siempre, guardando en su pupila la imagen de una mujer madura en busca de admitir su vida y sus circunstancias.

Ella le otorgó una última mirada, en actitud de despedida de los antiguos recuerdos que él le evoca. Luego volteó y salió del vestidor como una nueva mujer.

Hacía mucho no observaba su figura completa en esa luna, largo tiempo fomentando esa ceguera selectiva, ese evadir constante de la faz de los espejos por todas partes y ahora había estado frente a sí, sin apariencias, desnuda y en completa soledad,  a los cincuenta.

Salma Hassan




2 comentarios:

  1. La verdad ante ella misma. Ser uno mismo. Me gustó.

    besos mil. maite.

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  2. Gracias Maite, mi intención es denunciar el mal de estos días, y quizá de siempre, las apariencias.
    Un beso enorme

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